Mensajes de diversas orígenes
martes, 20 de agosto de 2024
Mi Iglesia es Viva y Santa, Bien Presente pero Peligrosamente Invadida
Mensaje de Dios Padre a María Catalina de la Encarnación Redentora en Bretaña, Francia, el 7 de julio de 2024
Durante la oración y el diálogo con Jesús y el Padre Eterno, tuve esta petición: «Hija mía, escribe esto».
- «Debo ir a buscar cuaderno y lápiz, Dios mío».
«Aquí estoy».
Palabra de Dios:
"Te bendigo Mi dulce hija del Amor, de la Luz y de la Santidad. Prepárate, prepara a los tuyos y prepara a todos tus hermanos para experimentar lo que se avecina en el tiempo. Es ahora cuando los asaltos golpean con más fuerza a Mi Barca, a Mi Iglesia, que por fin debe despertar y reaccionar. Es cuestión de supervivencia.
Y tú, no caigas víctima de este señuelo, no te aferres a una imagen lejana e ideal de un recuerdo que quieres conservar. No, Mi Iglesia está Viva y Santa, muy Presente pero peligrosamente invadida por una plaga que amenaza con destruirla y someter al mundo a un anticristo.
El Cuerpo de Cristo vive en Dios, en el Presente Eterno. Lejos de ser una imagen o un recuerdo, Mi Divina Palabra, Mi Divina Voluntad son inmutables y moran en vosotros, fieles hijos de Dios, Mi pueblo, Mi Iglesia. Permaneced en Mí, inmortales en Mi Eterna Omnipotencia.
Todo lo que se os ha comunicado para prepararos a la ¨liberación del mal¨: la súplica que Me dirigís desde la enseñanza de Jesús antes de Su Sacrificio que os redime y os restablece en la alianza con el Padre, se realiza ahora en el Fin de los Tiempos.
Vivid con fe firme y confianza en vuestro Dios Tres Veces Santo, la purificación debe realizarse y sólo Mi Pueblo, Mi Iglesia permanecerá en pie en la Luz Interminable.
Entre vosotros, Mis santos y fieles hijos, sed aliados artesanos del Amor, de la paz y de la alegría en este retorno a la Promesa del Padre. Dejaos llevar por Jesús, María, José, San Miguel, San Gabriel, San Rafael y todos los ángeles y santos en una oración conjunta y constante de comunión de los santos.
La humildad en el abandono total en vuestro Creador y Salvador os permitirá vivir esta etapa, de tribulaciones finales, llevados por la gracia divina y los carismas del Espíritu Santo que os permiten vivir la pertenencia al Cuerpo de Cristo íntegra y única.
Vuestra oración y práctica continuas y sostenidas, posibles según las circunstancias, son los medios en un diálogo que os unen entre vosotros y con Dios y que repelen, e incluso ignoran, el mal que no puede elevarse ni alcanzaros a vosotros, que en Dios, lleváis y compartís en vuestra alma la Luz divina inaccesible a los de las tinieblas.
Os amo divinamente hijos míos, desde vuestra buena voluntad reconoced ahora la Bondad que habita en vosotros prenda de vuestra pertenencia y vínculo de eternidad, don de Dios.
Dejaos limpiar de todas vuestras impurezas, no guardéis nada de este paso por esta tierra que pueda haberos manchado; no guardéis ningún lazo de lo material que pueda haberos atado. Ya lo veréis: Sólo Dios es suficiente.
Así pues, sed el Cuerpo de Cristo, Iglesia Viva y Santa, y permaneced en el Espíritu Santo que obra en vosotros en esta etapa de santificación, camino de perfección donde el Amor, la Alegría y la Paz se instalan en vosotros para la Eternidad.
Os bendigo Mis dulces hijos. En vuestra solidez adquirida en la fe, veréis, ay, el derrumbamiento de un mundo despreciable y desdeñoso que creía desalojar a Dios del corazón de Sus hijos y creía apropiarse de la Creación y de la Gloria que sólo pertenecen al Único Creador Divino y Padre de todas las Vidas y Bienes.
Guarda en tu interior la regla divina que contiene todas las reglas y por la que serás juzgado: Amad a Dios y amaos los unos a los otros. Continuad en estos Tiempos Finales ayudándoos unos a otros, protegiendo a los débiles y necesitados de todo tipo.
Rezad por todos vuestros hermanos de la Tierra. Apoyaos los unos a los otros en el caos que no dejará de amenazaros hasta su completa destrucción , que no tardará en llegar dada la furia apasionada y la lujuria impaciente de quienes creen y siguen la increíble mentira del caído que les ciega y, por desgracia, les destruye.
Hijos míos de la caridad, rezad por vuestros hermanos que están perdidos. Basta un momento de lucidez para que la Luz pase a sus corazones; basta un momento de verdadero arrepentimiento para unirse a La Luz.
El Amor, hijos Míos, ahí está vuestra Eternidad.
Convertíos en Amor en vuestro Dios, Amor Infinito.
Dios Tres Veces Santo:
Padre, Hijo y Espíritu Santo
que te bendice».
María Catalina de la Encarnación Redentora, alguna sierva en la Divina Voluntad del Todopoderoso, Dios Único
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